Historias de la puta crisis

Terapia de grupo para soportar la que esta cayendo ...



Miedo, mucho miedo me empieza a dar este país en el que vivimos.

Siempre se ha alabado nuestro modelo de transición. Un modelo basado en una especie de tabla rasa diseñada por el conjunto de las fuerzas políticas con representación en aquel momento, de manera que fuese lo suficientemente progresista como para asegurar un futuro estado democrático, y a la vez lo menos agresivo posible para con los convencidos del régimen saliente, de manera que al no sentirse acosados no diesen demasiados problemas.

Tras el susto del 23-F, nos creímos que el acta de defunción del Franquismo se había firmado. Los golpistas a la cárcel, los partidos que los apoyaban con un número de votos  tan escaso que no conseguían entrar en institución alguna, el tiempo que pasa y uno que se cree, cada vez con mayor fundamento, que el pasado ya no es más que eso, pasado.

Evidentemente, uno se equivoca. Del mismo modo que los animalillos cuya evolución estudia Darwin en El Origen de las Especies se adaptaron al entorno, los hombrecillos de Paco evolucionaron y fueronse integrando en las demás fuerzas parlamentarias. Mejor aún, menos algún que otro especimen que no hizo viaje, sino más bien una travesía interestelar al otro lado del arco parlamentario (caso de Vestrynge), el resto se fueron colocando silenciosamente en el único partido en que sus ideas podían tener cabida : el Partido Popular.

Siguieron sin hacer mucho ruido. Con el tiempo, le perdimos el miedo a votar a la derecha, y un heredero del antiguo régimen se nos coló de presidente del gobierno. Su segunda legislatura, con mayoría absoluta, nos recordó de dónde venía y a dónde se proponía llevarnos. Resucitó el fantasma de las dos Españas, que sus aprendices, ahora al mando del partido, bien se encargan de recordarnos cada día.

 No entiendo que los políticos conservadores de nuevo cuño, que digo yo que los habrá, deban sentir la necesidad de pasarse el día intentando sabotear la convivencia democrática en este país, defendiendo no ya la alternancia en el poder, legítima por otra parte si así te lo conceden las urnas, sino un cambio en el modelo de estado. Aunque pensándolo bien, no podría ser de otra manera, puesto que no apoyaron la constitución, no creen en ella por mucho que se les llene la boca con su mención a la misma, ni creen en el modelo autonómico que establece. Solo así se entienden ciertas actitudes de sus dirigentes regionales y el constante recurso a enviar las leyes al Tribunal Constitucional, en la esperanza en que éste reinterpretará, a su gusto, todo aquello que sale refrendado del poder legislativo. 

Tampoco entiendo qué pueden tener en contra de la ley de la Memoria Histórica, en especial del hecho que las personas puedan recuperar los restos de sus seres queridos. Dando por sentado que esto y no otra cosa es lo que pretendía el juez Garzón, y que incluso el mismo ya se había declarado no competente en favor de las audiencias provinciales, qué necesidad tiene el Partido Popular de estar apoyando a dos formaciones de cuanto menos dudosa legalidad en la cruzada por inhabilitar al juez que más ha perseguido a todo etarra, mafioso o corrupto en este país. Chapucero o no, que posiblemente en más de una ocasión lo ha sido, una figura de este nivel estaría en un pedestal en cualquier estado democrático de nuestro entorno.

Definitivamente, no entiendo este viaje hacia atrás de nuestra derecha. El punto y aparte en esta cuestión lo pone algún enfermo que ha recopilado textos, audios y biografías de don Frasquito, y los ha convertido en una aplicación para el juguetito de moda, el Iphone, con el previsible nombre de IFranco. Lo triste del tema, es que según pude comprobar con un amigo que dispone del aparatito en cuestión, la aplicación es la 5ª más descargada entre los cientos que se incorporan cada día a la página de Apple. Su precio, 0,79 euros.

¡ Qué barato resulta olvidar !.




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